
Hay palabras de nuestro extenso vocabulario que nos dan miedo. Y no son precisamente las palabras que se refieren a la esfera de lo esotérico o de lo misterioso. No, no, son palabras tan prosaicas como las “kilocalorías”. Las kilocalorías familiarmente conocidas como calorías tienen el poder de hacer encoger nuestro apetito o quitarnos el disfrute que siempre sigue después de haber ingerido un plato rico rico.
Y de dónde nos viene ese miedo, que no es ancestral, ya que nuestros antepasados no nos lo han transmitido, como otros miedos (el hombre del saco, no hables con extraños, abrígate que hace frío,……). Nuestros ancestros no tenían tanto miedo a las calorías. Es más no les hacían el más mínimo caso. Pues no sé muy bien cuando empezó esta mala fama ya que realmente es lo que es, una fama inmerecida. Las kilocalorías son necesarias en nuestra alimentación, ya que si no las obtenemos de los alimentos no las podemos obtener de ninguna otra fuente. Si fuéramos plantas tendríamos el sol, pero nosotros tomamos la energía de los alimentos. Os imagináis a una planta sacando la sombrilla para protegerse del sol. Pues la verdad es que no, el sol les da la vida y ellas lo saben. Por el contrario nosotros parece que no sabemos de dónde nos viene la energía. ¡Y qué fuente de energía más rica!
Me gustaría contribuir a que perdiéramos ese miedo a este vocablo. Para eso se me ha ocurrido realizar una simple operación matemática acompañada de imágenes ilustrativas.
Vamos a hacer una tortilla de patatas (patata, cebolla, aceite y sal) y la vamos a partir en diferentes porciones. Además, con ayuda de un programa de cálculo nutricional vamos a calcular las kilocalorías de esa receta elaborada con estos ingredientes y estos pesos (600 g de patatas, 120 g de aceite y 450 g de huevos = 7 huevos).

Según los cálculos realizados por el programa, la tortilla contiene unas 187 kcal/100 g.
La porción de la foto nº 1 (un cuarto de tortilla) pesa 180 g y contiene unas 336 kcal.

La porción de la foto 2 (un octavo de tortilla) pesa 90 g y contiene unas 168 kcal.

La porción de la foto 3 (un dieciseisavo de tortilla, porción equivalente a un pincho) pesa 45 g y contiene unas 84 kcal.
¿Os parecen muchas Kcal? Para hacernos una idea, en una comida principal (comida o cena) de una dieta de 2000 kcal/día deberíamos ingerir entre 500 y 700 kcal y en una media mañana o merienda serían unas 200 a 300 kcal. No me digáis que no cabe perfectamente alguna de estas porciones de rica tortilla.
Además la energía que esta receta nos aporta proviene en un 46% de los hidratos de carbono (las patatas), en un 19% de las proteínas (el huevo) y en un 35% de la grasa que además es vegetal (el aceite de oliva).
¡Estos porcentajes se acercan bastante a los recomendados para una dieta equilibrada 50% HC, 15% PT y 35% L!
Podemos hacer esto con muchos otros platos de nuestra cocina y seguramente lo hagamos en próximas entregas. Así al final podremos reírnos de ese miedo infundado a las kilocalorías y acaben siendo las “kilocalorrías”¡¡¡¡jajajajajaja!!!
Superinteresante. Es verdad que nos preocupan las cifras de la alimentación pero no las había aplicado de una forma tan práctica. He aprendido mucho con este artículo.